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Viaje

intercontinental

de

un

virus:

crónica

inicial

de

la

propagación

del

SARS-CoV-2

desde

los

cuerpos

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Wuhan

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los

cuerpos

del

mundo

En el marc de la recerca Manifestacions de l’infinitament petit sobre l’entorn construït. Fronteres físiques, mentals i simbòliques per evitar la propagació de virus en l’espai i la ciutat es presenta un "Viaje intercontinental de un virus", una crònica i lectura espacial de la propagació del virus. Els virus són companys de viatge de la vida humana des de la foscor dels temps. Aquests microorganismes invisibles per les nostres capacitats sensibles requereixen d’altres éssers per a poder “viure” i la seva capacitat de propagar-se té a veure, en gran mesura, amb la forma que tenim de compartir l’espai habitat i amb les pràctiques socials i les formes de convivència que hi tenen lloc. Davant d’una epidèmia fem emergir nous filtres i barreres per tractar d’aturar la transmissió. Aquestes noves fronteres fan mutar completament el nostre entorn construït i, a més, transformen la nostra experiència vers l’espai. Explorem com les barreres i protocols dels espais on hi ha filtres de biocontenció –com laboratoris, quiròfans o UCI- s’han expandit cap a tots els racons de la ciutat. Nous rituals i nous hàbits socials s’instal·len al carrer, als espais domèstics i als espais de sociabilitat. Mentrestant, barreres i fronteres invisibles emergeixen des d’un punt de vista individual i col·lectiu.
Ricard Gratacós
Un mercado alimentario, el espacio paradigmático del comercio y del intercambio de una ciudad, parece haber sido el epicentro más probable de la pandemia de covid-19 (1). Durante diciembre de 2019, el mercado mayorista de marisco de Wuhan es un auténtico bullicio de actividad, como de costumbre. Una multitud se encuentra en plena efervescencia: repartidores transportan frenéticamente un montón de mercancías a los puntos de venta, los paradistas llaman a los cuatro vientos todo tipo de consignas para reclamar la atención de los potenciales clientes; otros sirven comidas para hacer entretenida la compra; unos y otros discuten y acuerdan, compran y venden de forma continuada para que los productos lleguen a restaurantes, hoteles, cocinas y negocios de todo tipo de establecimientos de la ciudad. En esta amalgama cotidiana, hay algunas personas que no se encuentran del todo bien. Como tantas otras veces, con décimas de fiebre y dolor de garganta, han ido a trabajar. Tienen una tos seca y una sensación de cansancio acusada, pero unos y otros siguen sirviendo mercancías, atendiendo a clientes o yendo a comprar.
—¡Achís! — ¡Achís! Se suenan, se tocan la nariz que gotea. La ciudad no puede detenerse y ellos forman parte del engranaje que la hace funcionar. Van a trabajar, negocian, compran y venden, vuelven a casa, llevan a sus hijos a la escuela, visitan a sus padres, quedan con sus amigos, comen y cenan con otras personas, tratan de hacer una vida normal mientras sus cuerpos lo aguanten. — ¡Achuá! — ¡Achís! — ¡Cof! ¡Cof! — ¡Achís!
Cada día empeoran. En casa y en el trabajo les invitan a visitar al médico para explicar lo que les pasa. Otros tienen una sensación aguda de ahogo y deben apresurarse para llegar a urgencias, les falta el aire. Los distintos hospitales de la ciudad van recibiendo un goteo de personas con síntomas de neumonía. Quedan ingresados y los más graves no responden a tratamientos con antibióticos ni retrovirales. Los diferentes hospitales no cruzan información y no se dan cuenta de que existe una etiología idéntica en las dolencias de estos pacientes.
Los trabajadores del mercado tampoco lo saben, pero los primeros en tener estos síntomas proceden de la misma zona del mercado: de unos espacios donde se venden varios mamíferos salvajes vivos o recién sacrificados y que en muestras posteriores se detectará en jaulas, carros y desagües el mismo patógeno que tienen ahora dentro de su cuerpo. Aún no sabemos a ciencia cierta quién ha sido el primer trabajador infectado, ni sabemos el animal exacto que ha provocado la transmisión del virus a la especie humana. Ninguno de los trabajadores que vende animales salvajes ha enfermado de forma visible. Dado que al inicio de la pandemia tan solo un 7 % de los casos requerían de hospitalización, es muy probable que las primeras personas infectadas fueran asintomáticas e hicieran viajar el nuevo virus hacia otras personas que sí desarrollaron la enfermedad de una forma visible.
Las personas hospitalizadas llaman la atención de los médicos, pero de forma independiente en cada centro hospitalario. Las imágenes obtenidas de los pulmones de ciertos pacientes a través de tomografías (TAC) muestran una infección distinta a otros patrones víricos. Los médicos no notifican estos casos al sistema de alertas de neumonías de origen desconocido que el gigante asiático puso en marcha durante la epidemia de SARS. Desconocen o no recuerdan la existencia de ese sistema de alertas. O quizás quieren tratar de descubrir cuál es el agente infeccioso antes de lanzar una alerta. En los últimos días de diciembre, algunos médicos comienzan a advertir a las autoridades sanitarias municipales de los distintos casos de neumonías desconocidas que han llegado a sus hospitales. Es entonces cuando empiezan a atar cabos y a establecer patrones comunes en pacientes de diversos centros de salud. Un nuevo virus respiratorio ha emergido y ha circulado por la ciudad. El día 30 de diciembre de 2019, el Comité Municipal de Salud de Wuhan emite un informe en el que explica el conjunto de casos de pacientes hospitalizados en varios centros con neumonías de origen desconocido, la mayoría ligados al mercado mayorista de marisco. Presentan cuadros de fiebre alta y, algunos de ellos, síndromes respiratorios agudos graves (2). El día 31 se reúnen varios especialistas para abordar el brote epidémico y la Organización Mundial de la Salud queda enterada de los casos.
Pocos días antes, el 24 de diciembre un médico del Hospital Central de Wuhan ha enviado unas muestras de los alvéolos pulmonares de un paciente que ingresó el día 18 y que había mostrado los primeros síntomas de la enfermedad unos cinco días antes. El día 27 se notifican los resultados de la muestra con la presencia de un nuevo coronavirus, lo que descarta un brote de MERS, gripe o SARS como el que había provocado la epidemia de 2004. Al día siguiente se revelan otros siete casos de neumonías víricas en el centro, cuatro de ellas directamente ligadas al mercado.
Una vez salta la alerta sanitaria, se pide a los centros que comuniquen todos los casos de neumonías de origen inexplicable. Incluso hospitales alejados del mercado comunican casos, también relacionados directa o indirectamente con trabajadores del mercado. En ese momento todavía se piensa que el virus es incapaz de circular entre humanos, algo que solo se admitirá como posible y en circunstancias episódicas el 14 de enero, a pesar de que se conocen posibles casos de transmisión entre familiares no vinculados al mercado (3). En realidad, mientras los primeros casos llegan a los hospitales de Wuhan, el virus sigue circulando de forma soterrada por edificios de oficinas, centros comerciales, escuelas, residencias, otros mercados, restaurantes, tiendas, autobuses o el metro. Múltiples acontecimientos de vida social —también de propagación viral— tienen lugar con sigilo en una ciudad de más de doce millones de habitantes. Esta transmisión comunitaria explica los casos no ligados al mercado que llegan también a los hospitales.

Planos de ubicación de los primeros casos de la ciudad de Wuhan y en el interior del mercado, publicados en el artículo «The Huanan Seafood Wholesale Market in Wuhan was the early epicenter of the COVID-19 pandemic», por Michael Worobey.

El último día de diciembre, los casos oficiales notificados de la nueva neumonía vírica son 27, siete de ellos en estado crítico con los alvéolos de los pulmones inflamados y llenos de líquido que dificultan la respiración. Las personas hospitalizadas han sido correctamente aisladas, pero los casos de la enfermedad son muchos más que los advertidos. Meses después se confirmarán más casos de forma retrospectiva. Mientras, muchas personas asintomáticas o con síntomas muy leves están actuando como verdaderos vehículos de transporte para el nuevo coronavirus y pasan desapercibidas.
Aún no ha muerto nadie y el 8 de enero investigadores chinos logran realizar la secuenciación genética del nuevo virus. En ese momento ya son 59 los pacientes diagnosticados, ocho de ellos en estado crítico (4). En estos primeros días del año, la OMS publica una serie de documentos, directrices técnicas y recomendaciones para que los países conozcan la forma de proteger a los trabajadores sanitarios, detectar y gestionar hipotéticos casos y contenerlos, teniendo en cuenta la forma de propagación de otros virus respiratorios.
El día siguiente, el 9 de enero, muere la primera persona de covid en China. La escalada de casos que llegan a los hospitales comienza a tener un aumento muy importante durante la segunda quincena de enero. Pese a que las autoridades tratan de demostrar el control del brote y animan a seguir haciendo vida normal a los ciudadanos y a preparar las festividades y las vacaciones del año nuevo chino, en pocos días el crecimiento exponencial de casos hará saltar todas las alarmas. El día 20 de enero, el presidente Xi Jinping reconoce en una declaración institucional la crisis sanitaria y el epidemiólogo Zhong Nanshan traslada a la opinión pública que el virus puede contagiarse de persona a persona. La escritora Fang Fang explica en el Diario de Wuhan (5) su incredulidad ante la posibilidad de que fuera viable confinar una ciudad tan grande para contener el virus. Un sentimiento similar al que experimentamos cualquiera de nosotros cuando el 23 de enero nos llegó a los oídos la noticia sobre el confinamiento domiciliario obligatorio de toda la población de la provincia de Hubei. Veintidós millones de personas quedaban recluidas en su casa bajo duras medidas de vigilancia. El paisaje urbano de Wuhan se vaciaba de personas en las calles, se paralizaba y la urbe quedaba aislada sin comunicaciones aéreas, ferroviarias y sin transporte público. Desde Europa y el mundo occidental nos lo mirábamos con mucha distancia, pensando que una medida así sería de imposible cumplimiento en ciudades occidentales. Teníamos el mismo sentimiento que Fang Fang y, en pocas semanas, lo viviríamos en nuestra propia piel.
Hasta el confinamiento de Hubei el 23 de enero, Wuhan seguía conectada con el resto de China y con el mundo a través de múltiples conexiones, lo que la convertían en una potencial centrifugadora del nuevo virus. El 13 de enero se notifica un primer caso de la enfermedad en Tailandia y dos días más tarde el Ministerio de Salud de Japón confirma un caso positivo de una persona que había estado recientemente en Wuhan. La OMS cree que es plausible que se presenten más casos de forma episódica en otros países del mundo. En esos días, Wuhan tiene seis vuelos semanales a París, tres a Londres y tres a Roma (6). Este tipo de conexiones permiten que las personas que se desplazan desde Wuhan actúen como una fuente de la que emana y brota un virus respiratorio de una alta transmisibilidad. En estos vuelos hacia Europa y otros lugares del mundo viajan durante días personas que han tenido una exposición con el virus y no lo saben, lo que puede acarrear acontecimientos de propagación entre los pasajeros y una serie de casos cuando lleguen a sus destinos.
En el caso de Francia, el día 24 de enero se confirman tres casos positivos de covid entre nueve personas que estaban en vigilancia desde el día 10 de enero. Se trata de los primeros casos detectados en Europa, los tres proceden de Wuhan. Uno de ellos es un hombre que ha viajado a China por trabajo y ha hecho una estancia en la ciudad china, donde ha empezado a tener fiebre, tos y dolor de cabeza. No ha estado en ningún mercado, ni se ha expuesto a ningún animal salvaje, tan solo ha visitado a unos amigos y familiares el día 15. Toma el vuelo de regreso con la mascarilla puesta hacia Burdeos el día 22 de enero y solo aterrizar se dirige hacia el hospital donde es aislado y se le toman muestras para verificar si tiene la enfermedad. Los otros dos casos son una pareja que viaja a París por turismo. Llegan a París el 19 de enero y el chico empieza a encontrarse mal: tiene fiebre, tos, escalofríos, conjuntivitis y se encuentra muy cansado. Su pareja comienza a tener los mismos síntomas pocos días después. No saben qué hacer y piden atención a la embajada que les deriva rápidamente a un hospital francés en el que el hombre acabará en la UCI el día 29. (7)
Una mujer de negocios china vuela a Alemania el 19 de enero. Tiene que realizar varias reuniones y una sesión de formación en Múnich con compañeros de su multinacional. Al cabo de unos días vuelve hacia Shanghái y empieza a encontrarse mal durante el vuelo de regreso. Ya en su país es diagnosticada positiva el día 26 de enero y lo comunica a las personas con las que ha estado. Uno de ellos experimenta dolor de garganta y escalofríos, y el día 25 de enero tiene fiebre por encima de los 39 °C. Está destrozado en el lecho de casa, pero se ve con fuerzas de volver a la oficina al cabo de dos días, el mismo día que su compañera les comunica que ha dado positivo. Todas las personas de Alemania con las que ha estado se someten a pruebas diagnósticas y también los trabajadores de la misma empresa. Evidentemente, el hombre que se ha encontrado mal tiene covid con una carga vírica alta, a pesar de que ya se encuentra bien. Otros tres trabajadores de la empresa dan positivo, algunos de ellos sin haberse visto con la empresaria china, pero sí con su colega laboral. Este contagio implica que el virus es capaz de transmitirse entre las personas cuando no tienen síntomas visibles de la enfermedad y también cuando parece haber remitido. Todos los pacientes son ingresados y aislados en un hospital de Múnich. (8)
En Italia se detectan los primeros casos positivos el 30 de enero. Una pareja de unos sesenta años de la provincia de Wuhan ha viajado a Roma el día 23 y al cabo de cinco días ambos empiezan a encontrarse mal. Se ponen en contacto con las autoridades de salud y son aislados en el hospital con un pronóstico leve (9). Paralelamente, en Codogno, dos amigos se encuentran para cenar y uno de ellos cuenta sus peripecias durante su reciente estancia en China. Pasados pocos días, en esta pequeña ciudad del norte de Italia, el hombre que no ha estado en el país asiático tiene malestar y fiebre y le recetan una medicación antigripal, pero en pocos días tiene dificultades respiratorias y lo ingresan en la UCI. Se le hace la prueba de covid aunque no es un paciente que entre dentro del protocolo de seguimiento, ya que no ha estado en China. Cuando llega el resultado es positivo, y mientras tanto han enfermado su esposa, que está embarazada de ocho meses, un amigo de la mujer y tres clientes del bar del padre de ese amigo. El brote parece identificado, pero en el propio hospital caen enfermos cinco profesionales sanitarios. Estamos a 21 de febrero y ya son catorce los casos confirmados de infección por coronavirus en la región de Lombardía y dos personas mayores en Véneto, una de ellas en estado grave (10). Estos casos son suficientes para suspender todas las actividades públicas y pedir a la población de varios municipios que no salgan de casa. La medida afecta a 50 000 personas. El paciente crítico de la región de Venecia muere al día siguiente, y se notifican 60 nuevos casos en la zona. Es el primer muerto en Europa.
En España, el Centro Nacional de Microbiología anuncia el primer caso de la nueva enfermedad el 31 de enero: es un ciudadano alemán que está de vacaciones en la Gomera. Es un contacto estrecho de una de las personas que ha dado positivo en la empresa de Alemania. Él y su esposa han estado en vigilancia desde el día 29. Paralelamente, un segundo caso se publica en la prensa, esta vez en las Islas Baleares. Es un ciudadano británico residente en Mallorca que ha permanecido unos días en los Alpes franceses con un grupo de amigos. El primero en caer enfermo ha sido un hombre que acababa de regresar de Singapur (11). Hay otros pacientes en vigilancia epidemiológica en el Estado, pero todos ellos han dado negativo. Los casos españoles son importados ahora mismo. Es decir, que no se trata de casos que se hayan infectado en territorio español y esto tranquiliza a las autoridades sanitarias.
El 30 de enero, frente a los primeros casos de transmisión del virus entre humanos fuera de China, la Organización Mundial de la Salud considera el brote provocado por el nuevo coronavirus como una emergencia de salud pública de importancia internacional. Ese día, son ya 7818 los casos en todo el mundo, 82 de ellos fuera de China repartidos en 18 países (12).
Seguimos en España: entre el 24 y el 25 de febrero surgen los primeros casos en las principales ciudades del Estado; la mayoría de las personas han estado en el norte de Italia, el epicentro de la enfermedad en Europa. Una mujer de 36 años da positivo en Barcelona, y un hombre de 24 años da positivo en Madrid. Ambos estuvieron en Lombardía y son ingresados en el Hospital Clínic de Barcelona y en el Hospital Carlos III de Madrid respectivamente; ambos centros sanitarios cuentan con unidades hospitalarias especializadas en enfermedades infecciosas donde los pacientes podrán estar debidamente aislados. Se localizan sus contactos estrechos para poder realizar un seguimiento y actuar si es necesario. Valencia notifica el primer positivo el día 25: es una persona que ha estado en Milán. En Tenerife, un médico italiano de vacaciones da positivo y obliga a aislar a las 1000 personas que se alojaban en el mismo hotel. El día 26, un joven de veintidós años que ha estado en Milán se dirige a Urgencias del Hospital Clínic de Barcelona. Tiene síntomas de resfriado: positivo. Una chica de veintidós años que ha viajado a Milán vuelve a Barcelona y se presenta en el Clínic: positivo. Es día 27, ya son tres los casos en Cataluña y más de cincuenta personas aisladas en sus domicilios con vigilancia epidemiológica.
Resiguiendo la hemeroteca de esos días podemos percibir cómo se distribuye entre la opinión pública la llegada de los primeros casos de la enfermedad en Europa y después en el Estado español. El relato de la prensa da una explicación coherente de cómo entró el virus, pero la realidad fue más compleja tal y como han demostrado estudios genéticos posteriores. El virus accedió a Europa y a otros lugares del mundo por múltiples vías, por muchas puertas (13). El 26 de febrero el Ministerio de Salud modifica los protocolos de actuación y realiza una petición a los centros hospitalarios para que analicen muestras de tejido de todos los pacientes que sufren un infiltrado pulmonar bilateral motivado por una causa desconocida (14). En algunos centros saltan las alarmas cuando algunos de estos pacientes dan positivo: son pacientes que no han estado en Italia, ni en China, y estaban ya hospitalizados cuando se diagnostican los primeros casos oficiales. Este hecho implica que el virus debe llevar más días de los previstos en las ciudades del Estado y que ha accedido por múltiples puertas a los distintos países: la capacidad de rastreo es, seguramente, inviable.
Mientras estos casos puntuales salpican Europa y poco a poco se van llenando los hospitales y las Unidades de Cuidados Intensivos de algunos hospitales, la vida social y cotidiana no se detiene y seguimos realizando un montón de actividades: los adultos trabajan, los niños y adolescentes estudian en sus centros docentes; hacemos reuniones, jornadas, congresos; vamos al teatro, al cine y a conciertos de música; vamos al gimnasio, cantamos en corales, damos clases de yoga; los estadios deportivos se llenan de aficionados; comemos y cenamos en restaurantes, vamos de compras, desayunamos con conocidos, vamos a manifestaciones; la gente viaja por placer, por trabajo y un larguísimo etcétera. El cuerpo a cuerpo, la interacción continuada y cercana, forma parte de nuestra cotidianidad, y este es el medio ideal para el viaje silencioso y a gran velocidad del nuevo coronavirus. El virus ha entrado por muchos más puntos de los que podíamos imaginar: hay muchas personas infectadas que pasan desapercibidas. El virus está potencialmente en todas partes.
Los brotes epidémicos requieren de tres requisitos fundamentales para producirse, y el SARS-CoV-2 los cumple todos: es necesario un patógeno muy contagioso; una interacción habitual y frecuente entre personas; y poca población inmune y por tanto susceptible de ser contagiada (15). El 11 de marzo, el director de la Organización Mundial de la Salud caracteriza la expansión de la covid-19 como una pandemia debido al aumento acelerado de la enfermedad y, principalmente, por la inacción de los países para detenerla. Ese día son ya son 4291 personas las que han muerto y 118 000 los casos detectados en 114 países (16). Días después, varios países europeos como España declaran estados de alarma o figuras legales similares para detener la propagación del virus. Imágenes fantasmagóricas de las ciudades de todo el mundo vaciadas de vida quedan en la retina de todos nosotros. La interacción humana de una sociedad hiperproductiva e hiperconectada ha permitido que una partícula invisible se despliegue por todo el mundo en pocas semanas. La pandemia pone en crisis la misma idea de ciudad: la idea de vivir juntos, el proyecto de compartir y llevar a cabo una vida interdependiente en la que nos necesitamos unos con otros. Compartir espacio, compartir el aire se ha convertido en un auténtico problema. ¿Cómo detener la progresión de una enfermedad que pone en duda la propia idea de vivir en común?
Referencias bibliográficas:
(1). Para la reconstrucción de los hechos se han tenido en cuenta los siguientes artículos y documentos: Michael Worobey, et al., «The Huanan Seafood Wholesale Market in Wuhan was the early epicenter of the COVID-19 pandemic», en Science, vol. 377, núm. 6609, 2022, pp. 951-959. DOI: 10.1126/science.abp8715; Michael Worobey, «Dissecting the early COVID-19 cases in Wuhan», en Science 18, Vol. 374, núm. 6572, 2020, pp. 1202-1204. DOI: 10.1126/science.abm4454; Organización Mundial de la Salud (2021). WHO-convened Global Study of Origins of SARS-CoV-2: China Part. URL: https://www.who.int/publications/i/item/who-convened-global-study-of-origins-of-sars-cov-2-china-part; los síntomas iniciales, leves y graves, están tomados de la información científica-técnica publicada por el Ministerio de Sanidad, URL: https://pnsd.sanidad.gob.es/noticiasEventos/actualidad/2020Coronavirus/pdf/20200421INFORMECIENTIFICOSANIDADCOVID-19.pdf (2). Datos extraídos del Programa de Vigilancia de Enfermedades Emergentes (PROMED, acrónimo de Program for Monitoring Emerging Diseases) que impulsa la International Society for Infectious Diseases. Se han consultado los archivos 20191230.6864153 y 20200108.6877694. En este sistema de alertas aparecen las fuentes informativas. (3). Se puede revisar la cronología de la pandemia publicada por la Organización Mundial de la Salud. URL: https://www.who.int/emergencies/diseases/novel-coronavirus-2019/interactive-timeline#! China no hará público ante la ciudadanía que el virus es transmisible entre personas hasta el 20 de enero. (4). WHO (2020). Statement regarding cluster of pneumonia cases in Wuhan, de 9 de enero. URL: https://www.who.int/china/news/detail/09-01-2020-who-statement-regarding-cluster-of-pneumonia-cases-in-wuhan-china (5). Fang Fang, Diari de Wuhan: seixanta dies des d’una ciutat en quarantena. Barcelona: Columna Edicions, 2020. (6). Gabriel Heras en En Primera Línea. Barcelona: Ediciones Península, 2020, p. 26. (7). Se resiguen estos casos a partir de Sibylle Bernard Stoecklin et al., «First cases of coronavirus disease 2019 (COVID-19) in France: surveillance, investigations and control measures», en Euro Surveill, 13 febrero de 2020, 25(6): 2000094. (8). Rothe Camilla, «Transmission of 2019-nCoV Infection from an Asymptomatic Contact in Germany», en The new England Journal of Medicine, 30 de enero de 2020. DOI: 10.1056/NEJMc2001468 (9). Chiara Severgnini, «Coronavirus, primi due casi in Italia» en Corriere della Sera, 30 de enero de 2020. URL: https://www.corriere.it/cronache/20gennaio30/coronavirus-italia-corona-9d6dc436-4343-11ea-bdc8-faf1f56f19b7.shtml (10). Noticias de La Vanguardia firmadas por la redacción el día 21 de febrero: Los contagiados por coronavirus en el norte de Italia suben a 16; y Una cena entre amigos, el primer eslabón del brote de coronavirus en Italia. (11). Centro Nacional de Epidemiología (2020). Características de los casos investigados por covid-2019 en España, informe del 11 febrero de 2020. URL: https://www.isciii.es/QueHacemos/Servicios/VigilanciaSaludPublicaRENAVE/EnfermedadesTransmisibles/Documents/INFORMES/Informes%20COVID-19/Informe%20COVID-19.%20N%C2%BA%20111febrero2020ISCIII.pdf (12). Cronología de la OMS, ya citada. (13). Véase Heras, op. cit, pp. 29-ss; y Francesca Di Giallonardo, «Genomic Epidemiology of the First Wave of SARS-CoV-2 in Italy» en Viruses, diciembre 2020; 12(12): 1438. (14). Heras, op. cit., p. 29. (15). Adam Kucharski, Las reglas del contagio: cómo surgen, se propagan y desaparecen las epidemias. Madrid: Capitán Swing, 2020, pp. 39-40. (16). Se puede leer la declaración de pandemia del Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus en la página de la OMS: https://www.who.int/es/director-general/speeches/detail/who-director-general-s-opening-remarks-at-the-media-briefing-on-covid-19---11-march-2020